viernes, 6 de mayo de 2011

Parar el mundo...



Doce de la noche acabo de llegar de Venecia. Ha sido un día maravilloso, sol radiante y la ciudad que más me ha impresionado arquitectónicamente de las que he visto en el mundo. La plaza de San Marco, una verdadera maravilla. Es increíble que se pueda vivir entre canales llenos de góndolas, pero… no solo se puede, sino que por el ambiente que se respira se vive muy bien (demasiado turista quizás). De Bolonia a Venecia lo he recorrido en tren en unas dos horas. En los 240 minutos de ida y vuelta me ha dado tiempo a leer un libro de un autor catalán llamado Albert Espinosa. El titulo es: <Si tú me dices ven lo dejo todo pero dime ven>. No suelo recomendar libros, tengo gustos raros. Pero este me ha llamado la atención por la sensibilidad con la que está escrito, bueno… más que sensibilidad (que también) el trasfondo del mismo. Por el final, hay un dialogo en el que usan una expresión que integré en vida hace algún tiempo y practico de vez en cuando. “Parar el mundo”. Os lo explico como en el libro creo que yo no podría hacerlo mejor. << Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor. En ese tiempo debes intentar que nadie ni nada te cree problemas.
Alimentarse de buena literatura, de buen cine y, sobre todo de la conversación de una única persona que te inspire en este mundo. ¿Y sabes qué? Luego el mundo te premia.
El universo conspira a favor de los que lo mueven. Y esos son los que lo paran. ¿Tú quieres mover el mundo o que te mueva? >>

Se puede parar el mundo de muchas formas. En mi caso lo paro buscando la soledad. Cambio el buen cine por el silencio y las respiraciones profundas. En cuanto a la conversación, reconozco que es lo mejor de parar el mundo. Intercambiar opiniones sobre temas complejos o de dentro de tu corazón con una persona que comprenda y comparta tus emociones. (Desgraciadamente la persona con la que disfrutaba de conversar. Con quien he visto el sol tras muchas noches e innumerables horas  de hablar acompañándonos una buena copa de güisqui, se encuentra en paradero desconocido. Te hecho de menos “Pana” donde quieras que estés.)
Tras este lapsus emocional y volviendo a “parar el mundo”
Pienso que no hay mejor terapia que verse a si mismo, sin que nadie ni nada te afecte, solo tú con el mundo. Buscando la consciencia, encontrar tu “yo interno” para mejorarte y mejorar lo que te rodea. Oírte y oír. Amarte y amar… 

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