Gustavo Adolfo Bequer y mi amigo José miguel Ridao decía y dice respectivamente. Que la poesía y la prosa es mejor escribirla con <la cabeza en su sito>, con la mente fresca, equilibrada, sin que los sentimientos afecten en demasía. (respeto profundamene la opinión de estos dos grandes autores), pero yo no estoy del todo deacuerdo. No sé si por mi falta de experiencia o por mi forma de entender la literatura, para mi es imposible. No consigo crear una estructura sin una buena carga de emoción personal.
No tengo ningún pudor en utilizar la mentira en mi trabajo incluso en mi vida personal. Creo que es necesaria incluso. Pero al escribir me cuesta bastante. Entiendo <el papel y la pluma> como herramientas sagradas. Pienso que la mentira tiene su sitio y no estoy seguro de que sea este su lugar. Y con esto no quiero decir que todo lo que plasmo en el papel sea verdad, pero sí está escrito de verdad.
En cuanto a los sentimientos no he encontrado mejor espacio que el Word, este blog o un pendrive donde guardarlos. Llevo viendo durante más de veinte años como la gente utiliza las barras de los bares, puticlubes, Psicólogos o la oreja de algún amiguete de una noche para estos fines. Estaréis deacuerdo conmigo o no, pero estoy seguro que todos los sentimientos no son buenos compartirlos, nadie merece que se coma toda tu mierda, con un poco basta.
Aunque “no soy mudo” no me gusta compartir mi interior con los demás y menos bis a bis. Nunca he percibido un grado aceptable de entendimiento, bueno en realidad yo tampoco me entiendo del todo.
Sin embargo cuando escribo siento que el papel lo acepta todo, como si nunca juzgara nada, perece que me pida a gritos que abra mi alma y siento que algo cambia, palabras que vivirán eternamente, sin confusión, exactas, intactas, impolutas en el tiempo, sin que exista la posibilidad de que se tergiversen. Ausentes y presentes, odiadas, amadas. Mientras llueve, cuando solea. Y además nunca me piden nada.
¿Me estaré enamorando de la literatura? O ¿simplemente soy gilipollas?
No quiero ser arquitecto literario. Tan solo quiero expresarme.
