jueves, 21 de abril de 2011

Nobles bandidos...


Ay! luna lunita que atrapa la calma,
que mueve las olas en la madrugada.
Conduce, confunde, alude a la trampa,
aunque no se cansa.
Desnuda la falsa, aclara la cara de quién le miente,
quizás inconsciente...
ilumina el camino de nobles bandidos.
Y de repente algo cambia…
Aparecen luces y sonidos de alerta.
Agazapado aguarda tras los matojos.
La  húmeda ropa va calando los huesos,
languidecen las fuerzas, la voz se quiebra,
solo salen susurros entrecortados.
Se avistan soldados del reino enemigo.    
Aún recuerda; las oscuras mazmorras.
Decrepito el ánimo, aún tuvo fuerzas
Y escapó… huyó de nuevo sabiéndose
libre, al menos por esta.


Al llegar a casa, pensó;
qué hacer para huir del miedo.
Preguntose entonces,
qué placer pediría y deseó…

Me apetece…
oler tu pelo.
Rasgar las tirantas de tu vestido,
mientras miro… mientras dejo…
que la gravedad haga el resto.
Numen del genio lascivo.
Nueve coma ocho metros por segundo.
Para el mundo. Corazón vivo.
Cambio el gesto…