lunes, 4 de julio de 2011

El cambio no es posible, sino seguro.

La economía cambia al igual que el mundo rota, todo muta. La adaptación al cambio marca la diferencia de competitividad, posicionamiento y futuro de la empresa actual. El objetivo de una sociedad empresarial es, y debe ser, la obtención de beneficios económicos. Por lo que las políticas financieras deben tener como principio este objetivo. Pero ante tanto revuelo e intercambio de opiniones que vivimos por las turbulencias de este mercado, las dudas acaecidas sobre la eficacia de la actual democracia y  de la sociedad capitalista. Ha llegado el momento analizar; qué tenemos y qué queremos. En realidad nadie pone en duda la democracia, sino la gestión que las personas ejercen de ella. Y tampoco casi nadie se cuestiona el capitalismo, pero sí, las leyes actuales del mercado capitalista. También se pone en duda, si el complejo proceso que se elige hasta llegar al beneficio económico en las empresas debe ser observado, orientado y reeducado. Para que las generaciones posteriores aprendan a hacer un uso coherente de los recursos utilizados en el proceso de negocio.

Se habla de la economía humanista… Este termino que ya lo utilizó y desarrolló el gran gurú del management del siglo pasado Peter Ferdinan Drucker y que ahora José luís San Pedro está llevando a gala de una manera exquisitamente popular. Son  síntomas de las necesidades de adaptación del mercado y de la sociedad a una nueva era, un cambio ineludible y necesario. Cuando el pueblo no está contento el cambio es seguro.
Nos decantamos por buscar culpables como: los bancos, el gobierno o, el sistema capitalista, tal vez lo sean. Pero el mundo se mueve por capitales y eso no va a cambiar, al menos de momento.
La globalización de negocios facilitada por la era de las telecomunicaciones que actualmente vivimos, ha generado un tremendo poder a las grandes empresas que, en ocasiones llegan a marcar las políticas de un gran número de países del mundo, incluido el nuestro. A cambio disponemos de una herramienta de unión entre el pueblo que son; las redes sociales e incluso estos blogs. Donde podemos unirnos para cambiar el rumbo u obtener la fuerza necesaria para modificarlos.
He oído cientos de críticas sobre el movimiento 15M y ahora 19J. Me sorprende que aun portemos prejuicios tan grandes que no nos dejen ver, que su lucha se basa en las mismas quejas que  todos albergamos. Todavía no he conseguido oír de nadie un argumento lógico en contra de sus consignas.
Algunos de sus lemas son:
Transparencia en las partidas presupuestales de todos los organismos oficiales, empresas públicas, y gobiernos centrales y autonómicos.
Cambio de las leyes bancarias: posibilidad de cancelar hipotecas con el bien como acción de pago.
Regulación de las normas bursátiles.
Reducir el paro a través de una mayor optimización de los recursos.
No a los puestos de libre disposición. Para quien no entienda este concepto. Los ayuntamientos, comunidades y el gobierno central se reservan un número de puestos de trabajos directivos (normalmente en empresas semi-privadas como: Endesa, Egmasa, Cajasol, etcetera) donde ponen a dedo a compañeros de partido, amiguetes y compromisos políticos.

No solo no veo ninguna incoherencia en estas peticiones, sino que nos benefician a todos.
Hace tiempo que perdí cualquier ideología político-partidista. A cambio he conseguido poder valorar, aciertos y fracasos de un u otro partido sin llevar la carga de un color o bandera, solo me manda la lógica, es cierto que es mi lógica.
Quien se opone a la transparencia algo oculta.
La proposición al cambio de las leyes bancarias se usa en las legislaciones mercantiles anglosajonas (vivienda en acción de pago) y los bancos siguen ganado dinero.
Creo que nadie con dos dedos de frente puede argumentar que las políticas presupuestarias no son un cachondeo. No existe una ciudad en España que no haya un caso de corrupción.
Mi opinión es que ha comenzado una revuelta pacifica que nadie puede parar y me alegro enormemente, pues cuando algo así ocurre siempre hay motivos para ello. Uno de los motivos de mi satisfacción es que la herramienta que se ha utilizado para dominar a las personas económicamente y de manera global, paradojicamente es la misma que está sirviendo para el comienzo del derrumbe de las actual legislación que marcan el mercado capitalista como hoy lo conocemos. No sé si el cambio se sucederá en uno, diez o veinte años pero como dice Don José Luís San Pedro << El cambio no solo es posible, sino seguro>>


Los cambios son seguros, todo evoluciona o involuciona. La fauna, la flora, las sociedades, las personas. Y al final todo se equilibra. El mundo se encarga de ello. La cuestión es; ¿a qué coste?

Paradójico sentido el que toma la entropía como concepto socio-económico.